La tecnología LCD utiliza moléculas de cristal líquido colocadas entre diferentes capas que los polarizan y los rotan según si se quiere mostrar un color u otro. Su principal ventaja, además de su reducido tamaño, es el ahorro de energía. Cuando las moléculas en la red cristalina giran, cambian el ángulo de polarización de la luz que pasa por estas, de manera que parte de la misma es reflejada y parte es transmitida. Lo que se traduce en una reducción de la intensidad de la luz que traspasa el cristal. Los LCD necesitan una fuente externa de luz, ya que ellos mismos no son capaces de emitirla.
En las pantallas de computadora o de mayor tamaño se usan LCD de matriz pasiva y de matriz activa. En el primer caso, se hace pasar corriente eléctrica a través de una malla de conductores arriba y debajo de la placa de cristal líquido. De esta forma, en el punto donde se encuentran las cargas eléctricas, el pequeño cristal líquido se “destuerce”, permitiendo el paso de la luz que viene del fondo. Las pantallas LCD de matriz activa poseen transistores y capacitores para cada punto o píxel, lo que facilita un mayor control de qué cristal líquido se activa y cuál no, además de mayor precisión en el grado de polarización de cada cristal, llegando hasta 256 grados de brillantez por píxel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario